– Antioxidantes : Los carotenos ayudan a evitar la oxidación de los alimentos, un proceso que degrada su valor nutricional y altera su sabor y textura. Al prevenir esta reacción, los carotenoides pueden prolongar la frescura de los productos y reducir el desperdicio alimentario.

– Antimicrobianos : Gracias a su capacidad para inhibir el crecimiento de bacterias y hongos, los carotenoides pueden frenar el deterioro de los alimentos y reducir la necesidad de conservantes artificiales. Esta propiedad es especialmente valiosa en productos perecederos, donde la proliferación de microorganismos es una de las principales causas de pérdida de calidad.

– Indicadores de Frescura : Una característica innovadora de los carotenos es su capacidad para cambiar de color en respuesta a variaciones de pH, lo cual permite a los consumidores y distribuidores monitorear en tiempo real el estado de frescura del alimento. Esta tecnología podría revolucionar la forma en que entendemos la seguridad alimentaria, ofreciendo una señal visual sobre la frescura del producto y evitando que consumamos alimentos en mal estado.